Periodista, politólogo
y abogado. Así, se define Saúl Cepeda Lezcano en sus propios perfiles
virtuales, junto a otros grandes aspectos: cocinero en la guerra de los
Balcanes, creativo de una tabacalera, cronista en las revistas Rolling Stone,
autor de varios libros como ‘Delitos para llevar’ (un cómputo de pequeños relatos)
… conforma de esta manera una amplia y extensa experiencia laboral, al igual
que única y dispar.
Nos abre, a través de
sus palabras, una ventana a un mundo que pasa inadvertido, pero que últimamente
gracias a diversos programas televisivos empieza a ganar prestigio: la crítica
gastronómica. ¿Quién no quiere comer gratis y encima hablar sobre ello? ¿Viajar
y recorrer el mundo, probando distintos y peculiares platos? Parece que es el
trabajo de ensueño de todos los amantes, secretos y no tan discretos, de la
comida. Sin embargo, como se suele decir nada es tan bonito como lo muestran,
como lo pintan.
Las grandes y
peculiares ventajas que pueden poseer esta especialización periodística son:
los viajes, las culturas nuevas que se conocen…pero como en todo, poco se habla
de las grandes desventajas. Saúl Cepeda nos habla. sin pelos en la lengua, lo
que conlleva probar y degustar todo lo que está en el plato (incluso ingerir
seres que intentan escapar, ante una mirada distraída, de ser devorados) esto
puede provocar más de una visita al hospital. Las gastroenteritis se convierten
en la menor de sus preocupaciones por ingesta de alimentos, cuando a temas de
salud se refiere.
Este nicho está en
proceso aún en creación y conocimiento (pues pocos conocen esta
especialización), se podría decir que es, todavía, un terreno para explorar. No
obstante, las grandes marcas han empezado a fijarse en este terreno. Lo que
supone una gran ventaja y, a la vez, de una gran desventaja.
Imaginemos que acudes
de manera gratuita a un país paradisíaco, el que tú quieras. Conoces sus
múltiples distintas joyas culturales…Todo ello, gracias a la gran concentración
publicitaria que lo financia, a cambio piden una crítica del restaurante y,
ahí, surge el dilema; cuando la objetividad se quiebra y el periodista, de
manera inconsciente se adentra en el terreno resbaladizo de la subjetividad.
“La gastronomía está
muy globalizada”, afirma Saúl. Hay un gran Feedback,
sobre todo desde los últimos años. El terreno de la comida tiene grandes
nombres en la cocina, desde distintos diferentes países, unidos bajo el mismo
fin. Miles de restaurantes se abren cada día en todo el mundo, cientos de miles
restaurantes cocinan y crean, y sus maravillosas obras conocen el mundo, a
través de las palabras de estos especialistas en la comunicación gastronómica. Un
nicho que gracias a Saúl ha explorado.