De
esta estatura media, gafas pequeñas y rizos escasos se esconde una personalidad
arrolladora y desbordante: Carlos Pecker. A primera vista, esa personalidad puede
chocar, pues cuando se observa al famoso cámara, da una impresión equivocada. Parece
ser una persona tranquila y meditada; todo lo contrario de la realidad. Se deja
llevar por su instinto, sin dejar al lado su particular orden.
Todo
aquel que haya conocido en persona a Carlos Pecker, tendrá la misma sensación
cuando le vea por primera vez: indefinible. Lo más curioso es que él parece
pensar lo mismo. No busca, ni quiere, encasillarse en una sola cosa. Tal vez por este motivo sus breves biografías,
en redes sociales, aparecen completamente vacías. Adornadas únicamente con su nombre
y foto.
Inclasificable,
nervioso y aventurero son algunos rasgos característicos que se pueden vincular
a su persona. Sin embargo, se esta acortando bastante su personalidad
desbordante con tan sólo esos adjetivos. Su creatividad no tiene, ni muestra,
límites demostrándolo, día tras día, en su trabajo. Pecker es conocido por
su trabajo de realizador en el programa futbolístico El chiringuito de jugones, emitido y producido por Atresmedia. Además, se encuentra dirigido por el
carismático Josep Pedrerol.
Pecker
es prácticamente la cabeza alocada y pensante del programa, en cuanto a secuencias
y planos se refiere. Por este motivo, la magia de lo que ocurre detrás a las lentes
es obra suya. Giros de cámaras, entradas y enfoques extraños… una entrada para
cada comienzo.
Movimientos
únicos, elaborados y pensados en cada instante de inspiración por esta cabeza,
por suerte cuenta con un equipo de realizadores, cámaras e incluso
presentadores que dan luz verde a sus audiencias.
Pecker
no duda ni un instante en tirarse al suelo y rodar, para escenificar, por ejemplo:
la escena del despertar del león en su hábitat. Un comienzo épico en el
programa, este entre otros, que se acumulan en una larga lista.
Ahora, el realizador, comenta que busca nuevos retos, nuevas aventuras, que le permitan
explotar al máximo su creatividad. No sabe lo que le deparará el futuro, pero
seguro que será algo épico.