jueves, 13 de diciembre de 2018

La cara oculta de la industria de la moda


¿Dónde está fabricada la ropa que llevas ahora mismo? ¿Te has detenido a mirarlo o tus ojos simplemente se han fijado en las cifras que adornan la etiqueta del precio? Es fascinante como el ser humano crea consciencia en temas vitales (como el cuidado del medio ambiente) y, sin embargo, deja cientos inadvertidos ¿Por qué? Por puro beneficio.

 Vivimos en un mundo que, cada día, tiene más arraigado un consumismo rápido, precoz…que no se detiene, sino que aprieta el acelerador. Un mundo que premia a quién tiene más pertenencias materiales, sin importar el verdadero precio que tienen. Y no, no me refiero a la suma de dinero a pagar en la tienda.

Resultado de imagen de fast fashion
Extraída de Il quartiere Valencia 
Miles de personas pertenecientes a países de oriente (en su mayoría, pero no son los únicos) sufren, en la industria de la moda, explotación laboral. Fomentado y creado por marcas textiles que podemos encontrar con suma facilidad y de la que seguro tenemos prendas en el armario. Largas jornadas de trabajo compensadas con un mísera de sueldo. Se produce así una sobreproducción que provoca que los precios sean menores, esto es lo que está desencadenando el concepto llamado como Fast Fashion. Moda rápida en la que los diseños cambian rápidamente para capturar las últimas tendencias.

Se crean con esta situación decenas de malas consecuencias que nosotros, desde la ignorancia, estamos fomentado. Ignorancia o pasotismo, cada uno es consciente de lo que está promoviendo. Pero no nos engañemos, posee un precio moral.

Este año se cumplieron cinco años del desastre del Rana Plaza. Desastre. Para los que no hayan oído de esta desgracia diré brevemente lo siguiente: Una fábrica con este nombre, situada en Bangladesh, se derrumbó con miles de trabajadores explotados y encerrados que oían los propios crujidos del edificio mientras esté se estaba desmoronando, pero que seguían (obligados) a continuar sin parar su jornada laboral. Ni que decir tiene que el resultado fue devastador: 1.134 cadáveres y más de 2000 heridos.

Cinco años del desastre de Rana Plaza
Derrumbe del Rana Plaza - Imagen extraída de El País 

Este acontecimiento mostró al mundo lo que las grandes marcas textiles estaban creando y fomentado; la industria de la moda pasó a llamarse explotación. Se mostró las situaciones precarias, los sueldos indignos que recibían los trabajadores (recordemos que no es lo mismo sueldo medio que sueldo digno), la explotación infantil o las bajas condiciones de higiene, entre otros.

Las grandes marcas textiles con una imagen seriamente dañada fueron obligadas a cambiar sus políticas con los proveedores y, con eso, parece que todo terminó. Pero no es la realidad. Esas fábricas continúan albergando el sufrimiento. El sin vivir de miles de personas obligadas a trabajar en nefastas condiciones, para poder optar a una mísera de comida. Creemos que porque en la etiqueta de nuestra ropa este escrito el nombre de un país desarrollado, esta se ha fabricado íntegramente allí; nada más alejado de la realidad. Por ejemplo: si han cosido un botón de una camisa en un país desarrollado (y con condiciones dignas), antes de venderla en las tiendas, en la etiqueta pueden poner el país dónde ese botón este cosido únicamente en el fabricado en X. Sin importar que el resto de su producción se lleve en este tipo de fábricas; lugares que tienen bajas condiciones laborales. Es la venda que ponen y ponemos sobre nuestros ojos cada día, para que este consumismo siga sin detenerse. Lo peor es: que desgracias como el derrumbamiento del Rama Plaza han pasado inadvertidas o tapadas en un mundo consumista.

Desde aquí te pido que pienses si verdaderamente la prenda que tienes en la mano merece la pena. ¿Cuantas veces la vas a usar? Pues miles de personas están sacrificando su vida, para que tengas en tu poder, decenas de prendas que, tal vez, no alcancen los tres usos. Razona e infórmate (pues el conocimiento es vital) de si son los valores que realmente quieres fomentar.