En los primeros años de creación de las diferentes
Vanguardia Históricas, durante la segunda guerra mundial, el color ganó
protagonismo entre los distintos artistas, escritores y críticos de arte. Así,
sus estudios se focalizaron en estas gamas cromáticas, en sus mezclas y en los
efectos que creaban.
Se podría decir que el Fauvismo y el Expresionismo
son dos corrientes centradas en este elemento, salvo que el movimiento central
de esta entrada buscaba, a través de sus obras, transmitir los sentimientos y
las emociones a un receptor dispuesto a captarlas. El expresionismo tiene sus
referentes en artistas postimpresionistas como Van Gogh o Gaugain, en pintores
radicales como Ensor o Munch. Este movimiento tuvo manifestaciones en
diferentes países. Como, por ejemplo: Austria.
El expresionismo austriaco surge en un momento de
máxima tensión; el imperio austrohúngaro se estaba desmoronando. En la capital,
Viena, había finalizado con la Sezession, pero Klimt junto a otros pintores
habían dado a conocer a otros grandes artistas de la época.
Entre estos artistas novel destaca el austriaco:
Egon Schiele. El discípulo de Klimt pasaría a la historia por su estilo
transgresor, resistiéndose así a cualquier clasificación. Considerándose libre
de cualquier tendencia artística a lo largo de sus 28 años, pues como todos los
genios murió muy joven (a consecuencia de la gripe), a pesar de ello, dejaría
más de trescientos cuadros. También, era amante de los poemas y realizo
numerosos y peculiares experimentos fotográficos. Los temas que trata en sus
pinturas son reveladores e innovadores. Pero, sin duda, la soledad humana será
su cima artística.
Schiele retratará sin ningún pudor múltiples
escenas sexuales (en su mayoría autobiográficas), rompiendo así los límites
sociales de la época. Aparecen así, retratados en un espacio hostil, que
sumerge al espectador en una tensión insoportable. Egon se muestra crítico con
la hipocresía sexual que se vive en aquellos años en Viena. A través de sus
inconexas pinceladas y manchas coloridas, muestra a la figura humana, al
desnudo. Creando una posición extraña situada entre erótica y demacrada. Un
rasgo llamativo de sus obras son las manos enormes situadas en primer plano de
sus personajes, que se manifiestan contraídas y retorcidas.
Entre
sus obras más llamativas y transgresoras encontramos las siguientes: Autorretrato estirándole la mejilla (1910),
La muerte y la doncella (1915) o El abrazo (1917). De las obras
citadas, comenzamos por riguroso orden con la primera, en ella vemos plasmado a
Egon, auto deformando su rostro mostrando así, la verdad oculta. En segundo
lugar, esta obra es una de las telas más dramáticas del autor, pues tiene
relación con la muerte de sus seres queridos, a través de los colores muestra
la desesperación del joven matrimonio.
Por último, lugar, hablamos de El Abrazo, sin duda, es una de las telas
que más divulgación ha sufrido por el espectacular tratamiento que tiene,
consigue transmitir desde la más tierna de las emociones la pasión de dos
amantes. Por ello, algunos expertos incluso afirman que consigue superar a su
maestro.